Dāna
Dāna: economía de la generosidad
Con la voluntad de ser accesibles, cultivamos un espíritu de generosidad. Adaptamos el concepto tradicional de ‘dāna’ (el acto de dar, en lengua pali) según el tipo de actividad: en algunas la inscripción sólo cubre los gastos y las enseñanzas van a la voluntad; en otros se ofrecen precios reducidos; y otros utilizan un sistema de múltiples precios que permite a cada uno escoger el nivel de contribución más adecuado. De este modo:
1. Intentamos suavizar o eliminar la barrera económica, en la medida de lo posible.
2. Expresamos gratitud por las tradiciones meditativas de las que hemos aprendido: en el sur de Asia, todavía hoy muchos monasterios o centros de meditación no tienen ninguna tarifa para la estancia o los cursos, sino que se mantienen gracias al soporte material de los asistentes y de la gente laica de la zona.
3. Cultivamos la generosidad, una virtud olvidada en la sociedad de hoy.
4. Salimos del modelo económico de ‘proveedores de un servicio’ y ‘consumidores’, sustituyéndolo por un modelo de ‘comunidad’ que se une para realizar una actividad de manera sostenible para todos. Además, entramos en una cadena de generosidad, ya que las contribuciones de otras personas en el pasado han ayudado a que se pueda realizar una actividad hoy, y las contribuciones de hoy sostienen este sistema para que se beneficien otras en el futuro.
Sabemos que esto no es perfecto y que las finanzas pueden seguir siendo una barrera, pero aspiramos a que nadie quede excluido de una actividad por ese motivo. Te animamos a que nos escribas para hablar de cómo apoyarte.